viernes, 11 de marzo de 2011

Para no dormir(se)

Mientras escucho que la lucha antiterrorista sigue adelante, con la detención de uno de sus cabecillas en Francia, reflexiono sobre un tema tan reciente como polémico, bueno, mas que polémico, controvertido y rechazado por la inmensa mayoría llegando a estar en desacuerdo con esta medida un 80-90% de los ciudadanos encuestados, y es el de la medida tomada por el gobierno español de ahorro de combustible de bajar el límite de velocidad en autopistas y autovías a 110 km/h, mientras el 20% de los ciudadanos de este país están en paro, electricidad, gas, transporte siguen subiendo, las grandes, pequeñas y medianas empresas de este país quiebran o cierran sus fábricas para llevarla a otro país (europeo o de paises menos desarrolados) y muchos bancos están al borde de caer.
En estos últimos días se han oido opiniones de todos los tipos empezando por el piloto de F1, Fernando Alonso que dijo algo así como “A 110km/h es dificil incluso mantenerse despierto”, en lo que nuestro ministro de interior Alfredo Pérez Rubalcaba contestaba con un argumento tan obvio como inválido para la ocasión “En EEUU van a 110km/h y yo no he visto a muchos dormirse”, porque no creo que sean defendible muchas de las leyes y decisiones que toma el país que es la primera potencia mundial, (por no mucho tiempo, China ha despertado), como la pena de muerte, la decisión de provocar la II Guerra del Golfo y demás leyes absurdas de algunos estados como que en Idaho no se pueda llevar botas de cowboy en público si no tienes en tu poder más de dos vacas, o que en Denver no se pueda prestar la aspiradora al vecino, o eso de dar un arma con la partida de nacimiento (no digo con el certicado escolar, porque el número de estos es menor que el de armas).
Está bien eso que dicen de que es bueno coger lo mejor de cada casa, pero es muy fácil y muy dañino confundirlo con coger lo que yo creo que es lo mejor de cada casa, siendo más prominente el error cuando se trata de “copiar” algo para implantarlo en un gobierno. Está bien que haya gente que quiere ahorrar dinero ahorrando combustible, pero me parece una medida restritiva (incluso con matices dictatoriales), porque si yo no quiero ahorrar en eso pues me gasto mi dinero en combustible por pasar unos minutos menos al volante.
Hace unos días, en la universidad escuchaba que una persona decía: ”esta medida para lo único que va a servir es para recaudar mas en multas”, a lo que otro, tan ciertamente como en mi opinión ignorantemente le respondía: “pues no pases de 110 y verás como no te multan.” Esta conversación fue lo que me hizo reflexionar y realizar este artículo. Y porque me tienen que multar en Idaho por llevar botas de cowboy si con ellas no hago daño a nadie, si las quiero llevar ¿no puedo? ¿Y porque en Denver no puedo prestar una aspiradora a mi vecino si su mujer acaba de fallecer, mi vecino tiene un problema en las piernas que le impide hacer una vida “normal” sin una silla de ruedas y no tiene dinero para pagar a una empleada del hogar no puedo prestarle mi aspiradora? Estamos en lo mismo, no lo hagas y no te va a pasar nada, pero si lo haces (está claro que no estás haciendo daño a nadie) atente a las consecuencias, sé un simple borrego, haz lo que te digo y no te pasará nada.
Además esta medida, a mi parecer es sólo una ficha, la primera de un efecto dominó que traerá mas problemas tanto para ciudadanos, como para el sistema en general. Para el ciudadano porque lo que ahorre en gasolina, lo pagará multiplicado por x en multas (se estima un aumento de unos 80 millones de euros anuales recaudados en multas), además de la confusión que declaró la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, al no haber recibido notificación oficial (se aprobó en el Congreso y fue publicada en el BOE al dia siguiente) de un cambio en la velocidad permitida en autopistas, por lo que habia diferente permisividad en las diferentes comunidades de nuestro estado, así como el ahorro de combustible incentivado con la subida de los precios del transporte público, hará una disminución de los usuarios de este último, aumentando así la contaminación y la falta de demanda de estos servicios ocasionará una mayor subida de los precios como una disminución en la frecuencia.
En conclusión, este gobierno además (si hubiera otro cabe por lo menos darle el beneficio de la duda) de poner cada vez más restricciones, no hace más que centrarse en medidas insignificantes para la magnitud de la crisis que estamos pasando, dedicandose a tapar agujeros (para que luego salgan otros), intentando que sean como una cortina de humo para que no se vean los verdaderos problemas que está viviendo nuestra sociedad.

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