martes, 8 de marzo de 2011

Que suerte hay que tener al nacer...

Que suerte hay que tener al nacer…
Supongo que a todos se nos ha pasado por la cabeza esta frase, todos hemos pensado alguna vez que en este preciso instante podríamos ser los protagonistas de un documental sobre el hambre en África y no los televidentes del mismo.
Trataré de llevar esta reflexión al deporte.
De esta misma suerte depende el hecho de vestir la camiseta de los Bulls con el número 23 y de llevar en los dedos de tus manos seis anillos de la NBA o por el contrario, pero no con menos dignidad, vestir con el mismo orgullo la camiseta de tu club de toda la vida y luchar en la fase de descenso por no bajar a 2da autonómica. Pero así funciona el azar, el destino o como quieras llamarlo.
Enfoquemos esta idea desde otro punto de vista. Pensemos por un momento que una mujer en Camerún acaba de dar a luz a dos gemelos, ambos capacitados genéticamente y con unas aptitudes extraordinarias para jugar al tenis. La mujer no puede hacerse cargo de sus dos hijos y decide poner a uno de ellos en adopción, el azar decide que una pareja de españoles aficionada a este deporte acoja a este niño.
El tiempo pasa y el niño crece, a los 5 años coge su primera raqueta y a los 21 gana su primer Gran Slam. Mientras, su hermano en Camerún juega al futbol en una liga regional.
Pero de pronto la historia da un giro inesperado. El laureado tenista entra en una profunda depresión que le aparta de las pistas dejándole en la ruina con el alcohol como único consuelo. Por otra parte el futbolista consigue, a base de esfuerzo y perseverancia, captar la atención de un ojeador busca-promesas de un equipo inglés.
En un mes, el mismo joven que no fue dado en adopción el día de su nacimiento, siendo privado por ello de los privilegios, elogios y porque no, de una vida llena de comodidades de la que gozo su hermano, se encontraba viviendo con su madre en una casita a las afueras de Manchester, ciudad a la que representaba jugando al fútbol.
Después de plantear esta historia os invito a reflexionar sobre la idea principal, sobre la frase que encabeza este texto.
¿Sería justo atribuir el éxito de aquel jugador de los Bulls a la suerte? ¿O quizás a la ambición y al trabajo diario? ¿Es la suerte o el azar, lo que nos lleva al éxito? No hay duda de que todo depende de las circunstancias de uno mismo. Pero es la perseverancia el trabajo y la determinación lo que, a fin de cuentas, te da la recompensa, independientemente de donde nazcas.


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